Un comienzo precoz
Nacido en Hamburgo, Alemania, en 1933, Karl Otto Lagerfeld demostró desde pequeño una inclinación por el arte, la ilustración y el diseño. A los 14 años se trasladó a París, la capital mundial de la moda, donde pronto destacó por su talento. En 1954, con solo 21 años, ganó un concurso internacional de diseño de abrigos organizado por la Secretaría Internacional de la Lana. ¿El jurado? Nada menos que Pierre Balmain, quien lo contrató de inmediato como asistente.
El genio detrás de las grandes casas
Lagerfeld dejó su huella en Balmain, Jean Patou, Chloé y, especialmente, en Fendi, donde trabajó durante más de 50 años. Pero fue su llegada a Chanel en 1983 lo que marcaría un antes y un después en la historia de la moda.
En un momento en que la maison fundada por Coco Chanel parecía estancada, Lagerfeld tomó los códigos clásicos (el tweed, las perlas, el blanco y negro) y les dio una vuelta contemporánea, irreverente y absolutamente moderna. Convirtió Chanel en una de las marcas más deseadas y vanguardistas del planeta.
La moda no es arte, pero para hacerla hay que ser un artista
Su propia marca: KARL LAGERFELD
En paralelo a su trabajo con otras casas, Lagerfeld fundó su marca homónima, donde volcó su estética más personal: minimalismo gráfico, elegancia urbana y un toque rock-chic inconfundible. KARL LAGERFELD se convirtió en sinónimo de estilo asequible, sofisticado y atrevido. Hoy en día, sus colecciones siguen transmitiendo su esencia: un equilibrio perfecto entre clásico y moderno.
Más que moda
Lagerfeld no fue solo diseñador. También fue fotógrafo, editor, ilustrador y amante de los libros (poseía más de 300.000). Su gato, Choupette, se convirtió en una celebridad y su imagen fue inmortalizada en muñecos, cómics y campañas publicitarias. Su vida fue un espectáculo artístico, donde cada detalle estaba cuidadosamente orquestado.
Un legado inmortal
Karl Lagerfeld falleció en 2019, pero su influencia sigue más viva que nunca. Su capacidad de reinventarse, su disciplina férrea y su visión estética lo convierten en una figura irrepetible. Hoy, en Dakonda, nos enorgullece ofrecer piezas de la marca KARL LAGERFELD, porque creemos en la moda con historia, con identidad y con carácter.
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